lunes, 21 de febrero de 2022

¿POR QUÉ ESTIMULARA AL BEBÉ?

Existen grandes dudas y resistencias en torno a la estimulación en edades tempranas. Es una realidad que hablar de estimular a un bebé se puede interpretar como un ejercicio de exigencia y estrés para el pequeño. Sin embargo también existe mucha ignorancia en relación a este campo. La armonía y el respeto hacia el bebé son imprescindibles, al igual que el juego y las oportunidades de desarrollo.

Cualquier padre lo que desea más en el mundo es la felicidad de sus hijos. Para eso, es importante ser proactivos para conseguirlo. Generalmente pensamos que cubriendo los aspectos emocionales de los primeros años es suficiente. Sin embargo, en etapas futuras hay aspectos que se complican. El niño pasa a ser más independiente y se encuentra en situaciones en las que se desenvuelve de forma autónoma.

El éxito de sus acciones están estrechamente relacionadas con su desarrollo físico e intelectual. Es cierto que los aspectos emocionales son indispensables para llevar una vida plena, pero insuficientes para enfrentarse a situaciones determinadas.

Durante los primeros años de vida podemos construir fácilmente unos sólidos cimientos que facilitarán un magnífico desarrollo. La estimulación es la mayor herramienta para guiar a los padres en este proceso y su objetivo principal es potenciar una buena red neuronal que controla cualquier aspecto del individuo.

Desde la estimulación nos basamos en el trabajo de dos grandes áreas conectadas entre sí.

  • Conocimientos a través de los cinco sentidos.
  • Ejercicio físico.


El trabajo intelectual y físico permiten acceder a conocimientos del propio cuerpo y al control y coordinación del mismo. Además facilita en conocimiento y la exploración del entorno, facilitando el acceso a futuros conocimientos más elaborados y complejos.

Sin lugar a dudas, la intervención en edades tempranas es el inicio de una gran espiral dinámica y activa en busca de retroalimentación. En busca de mejores individuos del futuro.


INTEGRACIÓN SENSORIAL


Nuestra labor 
es colaborar con los niños para que alcancen un desarrollo integral y puedan realizar sus actividades diarias de forma adecuada, juego, habilidades motoras, alimentación, vestido, higiene, conducta, comunicación, aprendizaje, regulación de la conducta…
Todos los niños tienen ocupaciones diarias que les permiten, aprender, desarrollarse, divertirse, ser más independientes, desarrollar su autoestima… y en definitiva ser felices.

El sistema sensorial es parte del sistema nervioso, responsable de procesar la información sensorial. El sistema sensorial está formado por receptores sensoriales y zonas del cerebro involucradas en la recepción sensorial. Los principales sistemas sensoriales son: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato.
 
Existen muchas herramientas, métodos, modelos o enfoques de trabajo, que nos permiten ofrecer al niño una tratamiento individualizado en función de sus necesidades específicas; pero hoy vamos a hablar con más detalle de un enfoque que creemos importante contemplar a la hora de trabajar con cualquier niño: El Enfoque de Integración Sensorial,  se  trabaja guiando al niño a través de actividades que cambian sus habilidades para responder apropiadamente a la entrada sensorial y llevar a cabo una respuesta organizada.
 

¿Qué es la Integración Sensorial?    

La Integración Sensorial es la capacidad del sistema nervioso de recibir y organizar la información sensorial que nos llega de nuestro propio cuerpo y del exterior para poder dar respuestas adecuadas a las demandas de las actividades y del ambiente, por tanto es un proceso que constantemente estamos haciendo aunque no siempre somos conscientes de ello; pongamos un ejemplo; en nuestro día a día no necesitamos mirarnos los pies al caminar, ni al subir o bajar escalones, somos capaces de prestar atención a alguien que nos está hablando mientras está sonando música u otra persona habla, conocemos las texturas de los alimentos, de los objetos y las prendas de vestir… para que todo esto suceda nuestros sistemas sensoriales deben funcionar de forma correcta e integrada.

Incluso de adultos, cuando estamos mucho tiempo en un lugar con ruido, o con mucha gente alrededor nos volvemos más irritables, cuando nos ponemos una prenda que nos aprieta nos sentimos incómodos, cuando llevamos un jersey que nos pica o una etiqueta que nos molesta no podemos pensar en otra cosa, cuando probamos un alimento nuevo con una textura a la que no estamos acostumbrados puede resultarnos desagradable y sentirla en la boca incluso cuando ya hemos cambiado de alimento…
 Cuando somos  niños todo en nuestro mundo es novedoso y nos despierta multitud de sensaciones, nos llegan al mismo tiempo miles de estímulos y, poco a poco a lo largo del desarrollo, nuestro sistema nervioso debe aprender a ser capaz de filtrar, discriminar y organizar toda esta información. Sin embargo hay ocasiones en que esto no sucede de una forma adecuada, además también muchas patologías, trastornos o problemas de aprendizaje, están asociados o cursan con un problema de Integración Sensorial.
 
 

El Enfoque de Integración Sensorial:

  A. Jean Ayres, la pionera de la Teoría de la Integración Sensorial explica que “a medida que el niño experimenta sensaciones, gradualmente aprende a organizarlas en su cerebro y a descubrir lo que significan. Aprende a centrar su atención en ciertas sensaciones y a ignorar otras. Los movimientos torpes y bruscos en la primera infancia se vuelven más fluidos y directos más tarde”.

En nuestras sesiones, se guía al niño a través de actividades que cambian sus habilidades para responder apropiadamente a la entrada sensorial y llevar a cabo una respuesta organizada 
 
El sistema sensorial es parte del sistema nervioso, es responsable de procesar la información sensorial. El sistema sensorial está formado por receptores sensoriales y partes del cerebro involucradas en la recepción sensorial. Los principales sistemas sensoriales son: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato.
¿Cómo funciona en las actividades de la vida cotidiana?
Todos recibimos constantemente mensajes de nuestros sentidos. La mayoría de las personas pueden usar esos mensajes para interactuar de manera apropiada con el ambiente.
El término integración sensorial hace referencia a un proceso natural que poseemos para procesar y organizar la información de los distintos sistemas sensoriales en nuestro cerebro
Por ejemplo, mientras estás leyendo un libro, tu ropa proporcionan información táctil a tu piel. Tu cerebro recibe esa información, pero no se enfoca en ella, permitiéndote que centres tu atención en la información visual y continúes leyendo el texto.
 
 
La integración sensorial nos permite responder a las sensaciones, utilizarlas y generar comportamientos y aprendizaje. Ser capaz de procesar e integrar la información sensorial de manera rápida promueve el aprendizaje y el desarrollo. Piensa en la riqueza y variedad de experiencias sensoriales que un niño recibe a lo largo del día: se mueve en diferentes posiciones, cuando lo bañamos, al vestirse, come con las manos, está en ambientes bulliciosos , y en otras más tranquilos… Al poder integrar estas sensaciones diferentes el niño consigue comprender su mundo y, a medida que va creciendo, lograr aprender a desarrollar sus capacidades.💕


LA NEUROCIENCIA AFIRMA QUE EL ELEMENTO ESENCIAL EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE ES LA EMOCIÓN


El neurólogo investigador en neurociencia Dr. Francisco Mora asegura que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emoción porque sólo se puede aprender aquello que se ama, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo, que sobresale del entorno en Neuro educación, en el libro que acaba de publicar en Alianza Editorial.


"SIN EMOCIÓN NO HAY CURIOSIDAD, NO HAY ATENCIÓN, NO HAY APRENDIZAJE, NO HAY MEMORIA."

La alegría como base del aprendizaje

El científico señala que “los niños hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegría”, base de la atención y el despertar de la curiosidad”.

Entender esto hoy en su raíz y desde la perspectiva de cómo funciona el cerebro y sacar ventaja de ello –afirma– “es un primer principio básico de la enseñanza con el que se puede llegar a aprender y memorizar mejor. estos principios se pueden extender en su aplicación no solo a la enseñanza básica o durante la adolescencia sino a los más altos estudios universitarios o a estudios aplicados sea la empresa o la investigación científica”.

Asimismo añade que “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo. aquello que llama la atención y genera emoción. aquello que es diferente y sobresale de la monotonía”.

“La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de años, a la supervivencia como último significado” –añade–. “La atención nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver con nuestra propia vida”. “Pero con el devenir evolutivo y la propia civilización –advierte Mora–, aprender y memorizar son mecanismos que los hemos llevado a unos niveles tan abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido alejando de las raíces inviolables, genéticas y evolutivas, de aquella alegría que en su origen significó verdaderamente aprender y memorizar”.

Conocer cómo funciona el cerebro revitalizaría la enseñanza

A su juicio, revitalizar hoy la enseñanza y el aprendizaje en este nuevo contexto de una cultura avanzada, “requiere un conocimiento de cómo funciona el cerebro en esos procesos y llevarlo a los maestros y los profesores para que estos finalmente lo apliquen en las aulas”.

Asegura que “de esto se han dado cuenta muy recientemente prestigiosos pensadores e instituciones como el recién creado Centro de Neurociencia para la Educación de la Universidad de Cambridge o la International Mind-Brain and Education Society a través de su revista Mind, Brain and Education”. No obstante asegura que “es bien cierto que, hasta ahora, el conocimiento extraído de las neurociencias no ha sido fácil mostrarlo a los maestros y ellos transferirlo como método a la enseñanza de los niños o los estudiantes de instituto”.

Reconoce que “existen problemas en la relación neurocientífico-maestro (y mas allá profesores universitarios) sobre todo en el lenguaje utilizado por los primeros para dirigirse a los segundos en la transferencia de estos conocimientos. y en los segundos, los maestros, para captar, con certeza y seguridad esos conocimientos a la hora de emplearlos con los alumnos”.

“Desde esta perspectiva como base –subraya– se pretende construir este libro que propongo con el título de Neuroeducación y que tendría un formato similar al libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?”

Mora, utilizando un lenguaje sencillo, conciso y asequible pretende “desarrollar las contestaciones a las preguntas básicas y los componentes esenciales del problema que representa el advenimiento de la neurociencia para la educación y enumerar y describir brevemente las soluciones y ventajas de estas nuevas concepciones”.

El diario El Mundo ha publicado una entrevista al científico con motivo de su laudatorio en homenaje a la neuróloga Rita Levi-Montalcini en la embajada italiana.

Fuente: Canal Lector



LA IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN TEMPRANA

Los primeros años de vida de un niño son fundamentales para su desarrollo. La intervención temprana interviene durante estos primeros años: entre el nacimiento y los 3 años de edad. Durante estos años, los niños pueden recibir, asimilar e integrar más fácil nuevas sensaciones y experiencias gracias a la alta plasticidad cerebral de su sistema nervioso en desarrollo; que puede contar con nuevas conexiones neuronales más numerosas que en cualquier otra etapa de su vida. El resultado es que las funciones normalmente están restringidas a las áreas afectadas pueden desarrollarse en otras áreas del cerebro.

La neurología dicta que el sistema nervioso no puede desarrollarse completamente sin la ayuda de estímulos externos. Son estos estímulos externos los que  provocan una serie de reacciones en el sistema que le permiten desarrollar y perfeccionar su propósito. Como resultado, todo lo que le rodea al niño durante sus primeros años sirve como un estímulo que contribuye a su desarrollo.

Cuando un niño tiene un trastorno que detiene o impide su desarrollo, es necesario que los estímulos apropiados los rodeen en su entorno habitual. En esta etapa, la intervención temprana es una herramienta esencial para mejorar el desarrollo normal de las capacidades del niño.

La intervención temprana se define como una "intervención conjunta dirigida a niños de 0 a 3 años de edad, en la familia y el medio ambiente, cuyo objetivo es responder lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes presentes en niños con trastornos del desarrollo o fortalecer su desarrollo integral. Esta intervención, que deben considerar la globalidad de los niños debe ser planificada por una especialista 

El objetivo principal de la intervención temprana es ofrecer al niño tantas oportunidades como sea posible para que pueda lograr un desarrollo optimo en todas las áreas: motora, cognitiva, social y emocional.

La familia tiene un papel vital en la intervención temprana. La participación de los padres u otros familiares asegurará un desarrollo integral completo de los niños