martes, 3 de noviembre de 2015

Un Líder tiene un CORAZÓN VALIENTE


  • Siempre sonríes
    A pesar de lo difícil que puede ser la situación tú siempre mantienes una mirada positiva en estas situaciones. La gran mayoría de líderes saben cómo mantener la templanza profesional y tener las situaciones bajo control, pues son más pacientes que la mayoría y aceptan a los demás como son.
  • Tienes una mente abierta
    Tal como lo mencionamos antes esta es otra característica importante de los líderes, pues ellos tienen que lidiar con tipos de gente muy diferente en los equipos que lideran. Los líderes saben aceptar las diferencias de todas las personas y aprenden a verles el lado positivo.
  • Eres alguien accesible
    Has notado que las personas siempre quieren conocer cuál es tu opinión en las diferentes situaciones que atraviesan? Eso significa que eres una persona en quien se puede confiar y alguien que sabe escuchar a los demás.
  • Te mantienes firme
    Los líderes son personas firmes que no se doblegan ante los problemas, y menos ante sus sentimientos afectivos.  Siéntete orgulloso de expresar siempre lo que sientes sin tapujos y sin temores.
  • Te preocupas por los sentimientos de los demás
    Las personas te encuentran como alguien de confianza, pues siempre estás disponible, ya sea con un buen consejo o como compañía. Eres una persona que realmente está al tanto de cómo se sienten las personas en su entorno, eso caracteriza a los líderes.
  • Eres justo a pesar de tus sentimientos
    Algunas veces podemos sentir que algo está mal pero los grandes líderes siempre son justos e intentan tratar a las personas por igual. “Ser un líder significa que debes ser capaz de tratar a todos con respeto, incluso si estás teniendo un mal día”, eso hacen los grandes líderes.
  • Eres responsable
    A pesar de que a veces la flojera quiera ganarte los grandes líderes siempre tienen presentes sus obligaciones y no las posponen. Los líderes son quienes ponen el pecho y son responsables cuando todos los demás no quieren serlo.
  • Ayudas sin esperar nada a cambio
    Los líderes siempre están predispuestos a apoyar a los demás y se sienten tan bien consigo mismo que no necesitan pedir nada a cambio, con eso les basta.
  • Eres seguro
    Los grandes líderes son seguros, están  convencidos de sus ideas pero no tienen miedo de reconocer que se han equivocado y tampoco de pedir ayuda en el caso de que la necesiten. Si eres consciente de que no sabes todo en esta vida, y a pesar de esto sigues adelante puedes considerarte un líder nato.
  • Ves el lado positivo aún en las peores situaciones
    Los grandes líderes no se dejan amedrentar por las situaciones negativas de la vida, y se mantienen firmes en sus creencias. Se ocupan de cada cosa que les sucede y en cada situación buscan resaltar siempre el lado positivo por encima del resto. 
Siempre comparte 
De corazón a corazón

jueves, 29 de octubre de 2015

Una Fabula para nuestros Corazones LOS DOS AMIGOS Y EL OSO

A dos amigos se apareció un oso.
El uno, muy medroso,
en las ramas de un árbol se asegura;
el otro, abandonado a la ventura,
se finge muerto repentinamente.

El oso se le acerca lentamente;
mas como este animal, según se cuenta,
de cadáveres nunca se alimenta,
sin ofenderlo lo registra y toca,
huélele las narices y la boca;
no le siente el aliento,
ni el menor movimiento;
y así, se fue diciendo sin recelo:
«Este tan muerto está como mi abuelo.»


Entonces el cobarde,
de su grande amistad haciendo alarde,
del árbol se desprende muy ligero,
corre, llega y abraza al compañero,
pondera la fortuna
de haberle hallado sin lesión alguna,
y al fin le dice: «Sepas que he notado
que el oso te decía algún recado.
¿Qué pudo ser?»

«Diréte lo que ha sido;
estas dos palabritas al oído:
Aparta tu amistad de la persona
que si le ve en el riesgo, te abandona.»

sábado, 24 de octubre de 2015

TERAPIAS OCUPACIONALES

¿SON ÚTILES O NO LAS TERAPIAS OCUPACIONALES Y CÓMO SABER SI SU HIJO LAS NECESITA?


La palabra “terapia” suena para muchos padres como una señal de problemas serios o complejos para nuestros niños. Esto no siempre es cierto. Las terapias ocupacional y de lenguaje son las más necesitadas por los niños. ¿Qué son y para qué sirven?.


TERAPIA OCUPACIONAL 



“Es la encargada de velar por el bienestar del menor, de su ocupación y relación con el medio ambiente. Sirve para favorecer el desempeño en el colegio, a la hora de jugar, su autocuidado e interacción con los demás”, trabaja en prevención, promoción y rehabilitación, desde las características y situación de los niños, quienes tienen como ocupación principal jugar y seguir siendo niños.

¿QUIENES ASISTEN A ESTA TERAPIA?

Niños con problemas en el desarrollo psicomotor, hiperactivos, con dificultades de aprendizaje o atencionales: no les gusta permanecer sentados, seguir instrucciones, respetar al otro, cepillar los dientes ni tolerar ciertas prendas de vestir (texturas).
Según Álvaro Izquierdo, neuropediatra, a nivel cerebral existen dos factores por las cuales el niño debe ser remitido a terapia ocupacional: uno, falta de estimulación o de maduración; dos, trastornos genéticamente determinados como dispasia (anormalidad en el aspecto de las células). También en caso de factores de riesgo como nacimiento antes de tiempo, desnutrición, meningitis, bajo peso, falta de estimulación o maduración de las células del cerebro. No existe exámenes para determinarlo.

¿QUIÉN IDENTIFICA SI DEBE IR O NO A TERAPIA?

Germán Silva, pediatra egresado de Universidad El Bosque, asegura que la decisión de si el niño debe o no ir a terapia se debe tomar en conjunto, según el reporte del colegio (maestros y psicólogos), de la familia y, por supuesto, del pediatra. No siempre se requieren exámenes médicos específicos.

Para verificar si el niño requiere o no la terapia, neuropsicólogos y neurólogos podrán entregar un diagnóstico final.

¿QUÉ PASA EN EL CUERPO DEL NIÑO?

Según la doctora Martha Tobón, “a nivel físico, algunos de estos niños tienen mayor dificultad con el procesamiento de la información, en el cerebro tienen un patrón de madurez más despacioso para aprender ciertas cosas. Otra de las explicaciones es que no tienen un buen desarrollo de la habilidad con el sistema propioceptivo (posición de los músculos) y vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial). También está asociado el bajo tono muscular. Todos los seres humanos nacemos con esa tensión normal del músculo para hacer las cosas; sin embargo, algunos de nosotros necesitamos hacer más ejercicio y más esfuerzo para mejorar la tensión del músculo. Es lo que se conoce como bajo tono muscular. Quienes lo padecen deben hacer un gran esfuerzo para hacer las cosas y se cansan fácilmente, se distraen, les pesan las cosas, no empujan, no Jalan. No varía acorde a la edad.

¿CÓMO DARSE CUENTA DE QUE SU HIJO LA NECESITA?

Martha Tobón, terapeuta ocupacional y miembro del Colegio Colombiano de Terapia ocupacional, dice que algunos de los ítems que podrían servir de indicador a los padres son:
  • En el caso de los bebés, su proceso de desarrollo puede ser más lento comparado con otros niños de su edad:  no se sientan, miran fijamente a los ojos, lloran incesantemente, no se calman ni siquiera alzándolos y no les gusta coger objetos con las manos.
  • En edad escolar: tienen dificultad al coger el lápiz, al hacer trabajos manuales o con las tareas de memoria. No recuerdan qué ni cómo hizo las cosas. No le gusta jugar ni compartir con sus compañeros.
¿POR QUÉ LA MODA?

La doctora Rodríguez asegura que actualmente se vive una moda por ir a terapia, conocida como “terapitis”, para que el niño sea más aventajado que los demás. En realidad, según varios especialistas, no todos los niños las necesitan, solo aquellos que pueden ir "colgados" en su desarrollo. Algunos expertos sostienen que, desafortunadamente, en ciertos colegios abusan del tema y remiten a niños que no la requieren o con los cuales las instituciones tienen problemas de manejo.

¿SIRVE O NO?

“Sí sirve cuando el niño la necesita.   El niño y su familia tienen derecho a saber qué profesional lo está atendiendo, qué hace, cómo puede ayudar al niño y cómo va a ser el trabajo con las personas que conforman su entorno. Se deben establecer objetivos  y prioridades”, afirma la doctora Ferro. Padres, maestros y cuidadores perciben resultados de la terapia si el infante actúa menos estresado, trabaja mejor en los cuadernos y desarrolla mayor gusto por las actividades escolares. La terapia no solo es asistir a las sesiones, sino seguir paso a paso el plan de trabajo del terapeuta ocupacional. Es deber de los padres y cuidadores reforzar las actividades sugeridas en casa para alcanzar los resultados esperados.

¿QUÉ SE HACE EN LA TERAPIA?

El niño inicialmente desarrolla actividades de motricidad gruesa y fina, y ejercicios de interacción con el otro, si es necesario. Un buen sitio para la terapia suele tener columpios, aparatos para balancearse y para estar suspendido a determinada altura del piso, rodaderos, colchonetas, pelotas y juegos de encajes. Dentro de ella se trabaja:
  • INTEGRACIÓN SENSORIAL: enfoque para promover la maduración del niño. Se estimulan retos motores, a fin de mejorar equilibrio, fuerza y estabilidad. Muchos la definen como ‘el policía de tránsito en el cerebro’, encargado de organizar sensaciones, clasificarlas y dar respuesta. Los padres pueden pensar que el niño solo juega, y que este juego, guiado por buenas terapeutas, produce resultados.
  • INTEGRACIÓN SOCIAL: se procesa la información del ambiente. Muchos terapeutas no lo trabajan porque consideran que lo más importante es la formación cognitiva y la habilidad manual. Sin embargo, esto también servirá a los terapeutas para solucionar deficiencias en los hábitos de estudio.


TERAPIA DE LENGUAJE 


Para darse cuenta es importante siempre consultar al especialista; sin embargo, existen algunos tips que le pueden dar una idea:


  • Antes del año, practique con el niño el balbuceo y el sonido de ‘ta-ta-tá’. En caso de que el niño no lo haga, puede tener problemas auditivos.
  • Después del año, esté atento de las reduplicaciones: ‘te-te’, ‘ma-ma’, ‘pa-pa’. Si se queda en ellas y no comienza a armas oraciones, puede tener dificultades.
  • Durante el preescolar, reconocer diferentes conductas donde el niño vaya más lento que sus compañeros y pelee todo el tiempo con sus amigos.
  • El niño tiene excesiva inconformidad con los sabores y las texturas.

ATENER EN CUENTA

Un problema de lenguaje es equivalente a un problema de aprendizaje, pues su rendimiento académico no es igual que los demás”.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico se hace en conjunto: maestros y familia se trazan objetivos claros, se requiere refuerzo en casa. Consultan especialmente niños que no pueden pronunciar la ‘r’ y que no distinguen la ‘b’ de la ‘d’.
                                                                                                                   Fuente:
                                                                                                                                                                          ABC del bebé

viernes, 9 de octubre de 2015

INTEGRACIÓN SENSORIAL

¿SABES QUE ES INTEGRACIÓN SENSORIAL Y CÓMO IDENTIFICARLA?


Algunos niños pueden ser tildados de inquietos, cuando su problema radica en las sensaciones.
Cuando los niños presentan problemas en el desarrollo psicomotor, hiperactivos con dificultad en el aprendizaje o atencionales es recomendable asistir a terapias ocupacionales donde puedan experimentar en columpios, con texturas, donde pone a prueba su equilibrio, la sensibilidad de su piel, la capacidad de sus músculos; a través del juego lograr superar los retos.
El procesamiento de sus sensaciones a través de esta terapia  sera más equilibrado y le permita tener respuestas más adecuadas al entorno, es decir, procesar adecuadamente todas las sensaciones que recibe en su cuerpo a través de sus sentidos en el mismo instante, y podrá responder adecuadamente al medio.
Los niños con problemas de integración sensorial no saben cómo procesar sus sensaciones en un mismo instante, y es allí donde tiene dificultades. Para entender un poco lo que les sucede a estos pequeños, basta con imaginarse en un solo instante todo lo que una persona puede recibir por sus sentidos y no ser capaz de darle a cada cosa su justa medida: ruidos de la calle, la voz de quien le habla, los colores de lo que ve, la mosca que pasó, sensaciones en la piel por la ropa, la silla, los zapatos, las medias, el movimiento de otros, la música del lugar.
Todas las personas podemos organizar estas sensaciones y saber a qué le damos importancia en cierto momento y a qué no, es como si tuviéramos un semáforo interior que nos facilitara organizar todas esas sensaciones en rojo, verde y amarillo. Los niños con dificultades de integración, en cambio, parecen no tener este semáforo y casi que reciben todas las sensaciones al mismo tiempo y con la misma intensidad.
La integración sensorial es, como la define la experta en el tema Estela Amador, la capacidad que tiene el sistema nervioso de procesar las sensaciones y dar una respuesta adaptativa.
Esto involucra todos los sentidos, es así como algunos pequeños tienen más dificultades con el oído, entonces sienten los ruidos muy fuertes o el más cercano, el más lejano y el intermedio con la misma intensidad. Suelen ser pequeños a los que no les gusta la música a un volumen muy alto, o a veces les pareciera que las demás personas gritan.
Otros niños tienen dificultades con el tacto, entonces son bebés o niños que no soportan cierto tipo de ropa, que les molestan las marquillas, que se sienten agredidos cuando los abrazan o los tocan porque lo que para los demás puede ser una simple caricia para ellos puede representar una agresión.
Existen otros a los que se les dificulta el manejo del equilibrio y del espacio, entonces se caen mucho, no soportan los columpios o los rodaderos, le temen a pasar un puente, son temerosos, algo torpes, no logran estimar el espacio por el que van a pasar y se tropiezan. Pueden ser pequeños que no trepan, que no se balancean, pues para ellos estos movimientos o las alturas pueden sentirse como si estuvieran en la torre más alta o en medio de un maremoto. De alguna manera estos son niños inmaduros que tienen unas respuestas muy exageradas ante las sensaciones que les llegan.

Nada de esto está relacionado con la inteligencia ni con su capacidad cognitiva. Esto no significa, por nada del mundo, que exista un retraso de algún tipo. Por eso es bueno saber que todo esto se puede mejorar con terapia ocupacional, donde el niño va aprendiendo a recibir poco a poco las sensaciones que aún no logra calibrar hasta hacerlo más funcional. Podría decirse que la teoría de la integración sensorial es relativamente nueva. Fue expuesta por primera vez por la terapeuta ocupacional con estudios en neurociencia y psicología de la educación Anna Jane Ayres hacia los años sesenta en Estados Unidos, y su aproximación permitió entender los comportamientos de ciertos menores que habían sido calificados como problemáticos y ayudarlos a salir adelante.
Los problemas de integración sensorial se manifiestan en varios síntomas que durante muchos años, incluso hoy, varios profesionales pueden calificar como indisciplina, problemas de adaptación, dificultades para concentrarse, pereza, apatía o agresividad, entre otros problemas.
El niño que siente demasiado en su piel no quiere que lo toquen y reacciona fuertemente, porque se puede llegar a sentir agredido con cualquier caricia, se aísla o evita las multitudes, porque le molesta el roce con los demás y jamás se sentirá a gusto en juegos como fútbol o baloncesto.
También se presentan en algunos casos dificultades con la comida, pues las sensaciones en la boca, la lengua al tragar, resultan muy fuertes para el pequeño, así no lo sean para los demás, entonces no le gustan ciertas texturas como un yogur, rechaza determinados alimentos, prefiere la comida tal vez un poco sosa, sin salsas, que no le revuelvan un alimento con otros, y pareciera como si fuera un niño inapetente o necio para la comida  o mimado, cuando en realidad su situación es otra.
O aquellos que no pueden estar sentado porque no soporta la textura de la silla o el roce de su piel con su propia ropa, o no puede concentrarse en una tarea porque escucha todos los sonidos como si fueran fuertes, y los adultos o los profesores de los jardines creen que estos niños tienen problemas de atención, son necios o inquietos.
También existen aquellos en quienes el tono de sus músculos es como un caucho, parecen flojos, como sin resistencia, son niños que no empujan, que no jalan, que no les gusta los pasamanos o se les dificulta cargar o arrastrar su propia maleta.
Algunos niños pueden tener dificultades en ciertos aspectos y en algunos casos se presenta un trastorno generalizado de integración sensorial.
Ante todas estas dificultades, muchos de estos niños se pueden volver ansiosos y controladores, porque tienen miedo de lo que les pueda llegar de afuera y lo que van a sentir en consecuencia, no quieren que algo se les salga de control porque entonces les parecerá agresivo. Algunos llorarán mucho, parecerán intolerantes o se verán temerosos.
Todo esto se manifiesta desde que son bebés,  cada vez más pediatras conocen del tema y están aprendiendo a detectar los problemas de integración sensorial, porque entre más temprana sea la intervención, más se le facilitará la vida al menor.

ACTIVIDADES A REALIZAR:

  • Brindarles espacios que le permitan el movimiento, andar, jugar,colgarse,donde haya columpios de diferentes alturas y tipos, pasamanos, cojines, espumas.
  • Llevar a sus niños a terapias ocupacionales donde realicen actividades dirigidas, organizadas y con metas claras.
  • Que sientan texturas, cajas de arena, cremas de afeitar, darles masajes con brochas o con cepillos que le permitan poco a poco aprender a sentir organizadamente. Esto requiere movimiento y sensaciones, en algunos casos, acompañado con un poco de trabajo de mesa muy definido.

CETDI Amore Mío

martes, 6 de octubre de 2015

Como ayudar a tu hijo a vestirse solo?

Recuerda siempre que una actitud positiva es 100 veces más poderosa que una negativa, así que sonríe o trata de sonreír siempre.

Es importante que a tu hij@ lo vayamos orientando desde que es pequeño, es decir 2, 3 y 4 años, aunque todavía no logre vestirse solo, para ello aquí algunas ideas para poner en práctica:
  • La tranquilidad es indispensable a la hora de enseñar
    Paciencia es la palabra clave en la educación de nuestros hij@s. Si  nuestro hij@ se enoja al no lograr colocarse una prenda o el calzado de manera correcta, debes hacerle sentir que equivocarse no está mal, que forma parte del aprendizaje y felicitarlo por haber hecho su mejor esfuerzo.
  • Primero que haga lo más sencilloQuitarse la ropa para los pequeños es lo más sencillo. Por eso, motivaló para que a la hora del baño se saque las medias por ejemplo, que es lo más fácil. Ya cuando tienen dos años o más, pueden sacarse los zapatos y, a los tres años, el pantalón. La ropa puede ser fácil de poner y sacar, por ejemplo los zapatos con cierre velcro. Luego podrá avanzar a prendas más complicadas, como los zapatos de cordones o agujetas.
  • Que sienta confianza en si mismoFelicitarlo aunque no haya elegido una ropa adecuada, demuéstrale que confías en sus elecciones, de todas formas, si elige una prenda que no es adecuada para la estación o para el lugar que van a visitar, explícale de la mejor manera posible que hay otra opción.
  • Opciones sencillas 
    En los momentos de vestirse, cuando no cuentas con tanto tiempo, hazle elegir entre dos prendas, para tu hij@ será más fácil la decisión. En cambio, si tienes tiempo de sobra déjalo elegir entre la variedad de prendas que tenga en el guardarropa.
  • Debe ser responsable con el orden
    Desde una temprana edad, enséñale a ser ordenado con su guardarropa. Al principio, como en toda casa con niños pequeños, el desorden está muy presente. Pero si lo acostumbras a guardar su ropa y calzado en el armario o le pides que te ayude con esa tarea, será más sencillo que la realice él mismo cuando sea más grande.
  • Enséñale con el ejemplo
    Puedes realizar algunas prácticas para que aprenda a colocarse el abrigo. Por ejemplo, toma tu chaqueta con cierre Zip, colócala estirada sobre la mesa y enséñale a tu hijo a subir y bajar el cierre. Eso estimulará a tu hijo a aprender de manera más rápida.
  • Los cordones o agujetas
    ¡No te apures! Recién a los 5 o 6 los años los niños adquieren la destreza necesaria para hacerlo por ellos mismos. Y en algunos casos, todavía les cuesta. Por eso, como te decíamos antes, cuando son más pequeños, lo mejor es que tenga algún zapato que sea fácil de quitar y poner (con cierre velcro, tipo suecos, zapatos con elástico y demás). Puedes colocar alguna banda adhesiva en el interior de cada zapato y del lado interno del pie. Luego le explicas a tu hij@ que las benditas deben estar juntas a la hora de acomodar los zapatos para ponérselos.
  • Incorporas juegos en esta actividad
    Si incorporas el juego en esta actividad, te aseguro que obtendrás resultados maravillosos.
  • Por último
    Busca música alusiva y diviértanse juntos.

Desde nuestro corazón al tuyoAmore Mío

viernes, 4 de septiembre de 2015