Las alteraciones en la conducta de los niños responden a situaciones que
generan ansiedad o miedo. Mediante la técnica de relajación ayudamos al
desarrollo de su inteligencia emocional y al mismo tiempo inculcamos hábitos
saludables que podrán poner en práctica toda su vida.
La aplicación de estas técnicas tienen efectos positivos a largo plazo por ello deben ser continuas y realizarlas de manera regular. Así lograremos los siguientes beneficios:
- Disminuir tensión muscular, mental y canalizar energía.
- Reducir el nerviosismo.
- Dormir placenteramente.
- Permite concentrarse y captar mejor los conocimientos.
- Su autoestima aumenta.
- Bienestar general.
La relajación va permitir que sean capaces de reconocer la tensión o ansiedad, cuando se enfadan, o se ponen agresivos y sepan como responder ante ella.
En la etapa de bebés de 0 a 3 años, aún no desarrollan su independencia, por ende no se le puede dar instrucciones de relajación para que las sigan, pero es importante trabajar con ellos de forma consistente para que vallan integrando los momentos de relajación en su vida diaria.
Es necesario ver un tiempo libre para estar a solas con tu bebé, puede ser antes de la siesta o antes de ir a dormir; así el bebé logrará conciliar el sueño y aprenderá a dormir solo y relajado.
¿Como lograrlo?
Deberás colocar al bebé en su habitación para que aprenda que este es un lugar tranquilo y de paz donde pueda descansar, si te apetece puedes poner música suave ambiental o instrumental, con la luz tenue, retirar objetos distractores al alcance de su vista y así pueda estar cómodo. Cuando tengas todo listo debes colocar al bebé estirado, hablarle dulce y pausadamente de lo que quieras o lee un cuento, esto es muy importante para que la identifique como un elemento calmante y relajante por ende debemos disfrutar el momento demostrando tranquilidad a través de nuestros gestos y palabras.

También puedes aprovechar el momento de hacerle masajes en la manos, pies o espalda ya que el contacto físico a esta edad en muy importante sin tenerlo encima, de esta manera potenciamos su independencia ya que enviamos el mensaje de "estoy aquí para calmarte y amarte, pero no eres parte de mí, eres una persona con brazos, piernas espalda, cabeza..."
De esta manera enseñamos al niño que dormir es una experiencia plácida y relajante, por lo que estaremos trabajando para una higiene de sueño correcto.
A partir de los 3 a 7 años, ya han alcanzado su independencia y lo demuestras continuamente "yo solo" o "ya soy grande" son frases que suelen repetir en esta etapa y nos dan gracia escucharlos y nos demuestran que ya dejaron de ser bebés. Motivo por el cual es una edad fantástica para trabajar la relajación guiada.
A esta edad se puede realizar en cualquier momento del día y si desea que tengan un mejor sueño puede ser cuando los niños ya están aseados y con su pijama así aprovechamos contándoles un cuento de buenas noches con instrucciones de relajación e imaginación guiada, para que duerman relajados. El ambiente debe ser como el caso anterior.
Debemos jugar con su imaginación y trabajar con su cuerpo, los movimientos deben ser lentos y calmados. Contarle cuentos cuyo protagonista es una tortuga es ideal ya que permite ejercitar la tensión muscular en cuello, y hombros ya que imitamos movimientos de este animal; un cuento de un globo nos ayudaría a manejar el control de respiración y así se relajan...etc.
Esto nos va a permitir que el niño conozca las sensaciones de tensión y relajación así logre dormir placenteramente.
Recuerda que es importante el tono de voz, tus movimientos y tu comunicación no verbal sean relajadas, háblale con suavidad y cuando entres en contacto con él procura hacerlo calmadamente sin provocarle sobresalto.
Las sesiones deben ser cortas, y se debe tener paciencia, empezar cuanto antes para que el niño se vaya habituando.
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