domingo, 19 de junio de 2016

COMO TOLERAR LA FRUSTACIONES

Tolerar las frustraciones es aceptar que las cosas no siempre salen como nos gustaría, como queremos y conseguir, controlar toda esa fuerza que tenemos muchas veces en la rabia que nos da, que no nos haya salido las cosas  como deseamos en esfuerzo por conseguir que nos vuelvan a salir por no caer en esa frustración en ese enfado y transformarlo en esfuerzo dedicación en seguir hacia adelante, esto es algo que va a ser fundamental para conseguir el éxito en la vida adulta, en la vida profesional por eso debemos enseñarles a los niños desde pequeños.

Nuestro objetivo fundamental, es conseguir a los niños, cuando las cosas no salen como a ellos les gustaría, cuando están haciendo un ejercicio y no les ha salido bien tenemos que pensar que cuando empezamos hacer algo es difícil que a la primera nos salga todo bien, entonces hay que trabajar mucho el esfuerzo, la constancia, para seguir hacia adelante no abandonar, no enfadarnos, y transformar toda esa rabia en esfuerzo. Esto se le debe enseñar a los niños, por ello es esencial que los padres sean modelo de conducta que enseñan a sus hijos a hacer tolerantes  ya que los niños copian patrones de sus padres y/o personas que los cuidan.

Si tú eres el primero que cuando no te salen las cosas como lo deseaste, te enfadas, gritas y empiezas a chillar y abandonas, ten mucho cuidado y no te sorprenda que lo más probable que tu hijo haga lo mismo. Por ello ten presente las siguientes pautas:
  • Tienes que ser buen modelo, cuando las cosas no salen como te gustaría no te enfades y transforma esa rabia, esa frustración en esfuerzo en conseguir tu objetivo.
  • Trabaja la importancia del esfuerzo, de la constancia, de la rutina, las cosas no salen a la primera, podemos tomar apunte de las cosa que requieran un cierto  esfuerzo y constancia, trabajando normas y límites, así aprenden a esforzarse en las actividades que más les cuesten.
  • La respuesta que nosotros demos a los niños, cuando algo no les sale, cuando hay  cambios de planes y el niño se está enfadando hay que explicarle que no pasa nada hemos cambiado el plan otro día haremos lo que tú querías hacer; pero si el niño se descontrola y hace estallar sus emociones sin control, los padres deben de darle tiempo para que vean que no van a conseguir nada con esas actitudes que en absoluto damos la marcha atrás para que el niño se salga con el plan pero tampoco tiene una atención en exceso, tiene que aprender muchas veces a calmarse. A partir de los 3 o 4 años se le debe pedir que deje de llorar, que cuando se calme papá o mamá le harán caso y además cuando dejen de llorar y este tranquilo se podrá hablar, para razonar con ellos.
  • No dramatizar, en la vida no siempre salen las cosas como uno las desea o nos equivocamos, el fracaso existe porque algo me ha salido mal, lo importante es no dramatizar por ejemplo cuando el niño está haciendo alguna actividad y le ha salido mal y empezamos no, está mal lo tienes que repetir a hora hay que comenzar otra vez y nos ponemos especialmente dramáticos y darle una carga emocional muy fuerte hace que el niño se frustre, que se enfade, hay que restar importancia, decirle exactamente lo que ha pasado: te has equivocado, te equivocaste, aceptar el error, lo reconocemos este es el primer paso para mejorar y seguir adelante; ahora nos ponemos a arreglarlo no dramatizando por los errores y utilizamos toda nuestra fuerza y energía en arreglar ese error.
  • Hay que enseñarles a esperar, en la vida y en ocasiones tenemos que esperar y es importante tener paciencia sin enfados ni llantos por eso no debemos atender de inmediato cuando él (hijo) nos llame eminentemente cuando está en una situación de peligro se debe actuar de inmediato pero cuando son condiciones normales vamos a comer, tengo hambre, hay que decirle espera unos minutos ahora papá o mamá no puede en unos minutos te van atender ir dejándole que cada vez haga las cosas solo ir incrementando el tiempo de espera a medida que va creciendo.

A través de conductas básicas podemos ver que nuestros hijos han adquirido la tolerancia a la frustración:
  • No se enfada en exceso.
  • No evita las situaciones.
  • Protesta menos.
  • Son capaces de escuchar con atención las cosas que no son de su agrado.
  • Se esfuerza por relacionarse con otros niños. 
Todo esto son síntomas que nos pueden ayudar a saber que nuestros hijos tienen adquirida una buena tolerancia ante la frustración. Son muchas las cosas que los adultos, los padres pueden hacer que sus hijos adquieran una buena tolerancia a la frustración desde ser es buen modelo y ser nosotros los primeros que no nos enfadamos y que ponemos nuestro foco el solventar las situaciones en no enfadarnos. A seguir estos consejos que espero sea de gran utilidad.
 
Psicóloga Silvia Álava Sordo.

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